INVISIBLES.
Documento recogido por el Colectivo KMO
Fotografía tomada por Oliver Ojeda
El pasado Octubre de 2023 ya habían muerto 65 personas sintecho en lo que iba de año y sólo en las calles de la ciudad de Barcelona. En España, según el boletín oficial del estado (BOE), hay 28.552 personas REGISTRADAS sin hogar, y más del 40% de éstas lleva ya más de 3 años viviendo en la calle, además el sinhogarismo ha aumentado un 24,5% en los últimos 10 años. Nos encontramos por lo tanto ante una situación de emergencia y una forma de exclusión social extrema que vulnera los derechos fundamentales de las personas.
Fotografía tomada por Oliver Ojeda
La Constitución española en su artículo 47 determina que: «todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación» Pero la realidad es bien distinta y es que en España existe una limitada dotación de viviendas de promoción pública (tanto en régimen de compra como en régimen de alquiler), lo que dificulta el acceso a vivienda asequible y de calidad a las personas en riesgo o situación de sinhogarismo y el desarrollo de una vida autónoma fuera del sistema. La vivienda es la puerta de acceso efectivo a otros derechos fundamentales como la salud, la autodeterminación seguridad, etc.
En 2020 se aprobó el Salario Mínimo Vital como primera gran tentativa de enmienda a esta problemática. Este proyecto legislativo estaba ya en curso de tramitación desde hace buen tiempo atrás, pero con la pandemia se aceleró el proceso para evitar dejar caer en el umbral de pobreza a personas y familias en situación de vulnerabilidad. Esta medida fue un enorme paliativo para este sector, pero debido a su rápida aplicación vemos algunas trabas que, al margen del contexto aplicativo de la pandemia, siguen siendo un obstáculo para las personas que realmente requieren de esta ayuda. Y es que una de las condiciones para tener acceso al mismo es haber residido en España, con empadronamiento reglado, en todo el curso del año anterior al que se solicita esta retribución, ¿qué ocurre? Que para su año de aprobación la inmensa mayoría de las personas ya llevaba viviendo más de un año en las calles, por lo tanto es un recurso con efecto tardío. A esta razón se le suma la dificultad en la tramitación y el desconocimiento de la propia existencia de esta retribución por la escasa inversión que se destina a las causas sociales. El resultado de todo esto es que a día de hoy tan solo un 5% de las personas sin hogar tiene acceso al Ingreso Mínimo Vital, hablamos entonces de que más de 27.000 personas registradas viven en la absoluta pobreza ¿quien está percibiendo entonces este dinero?...es la pregunta que nos hacemos.
En base a esto parece ser que el Gobierno de España, a través del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, adoptó el pasado año un Acuerdo Marco Nacional para dar solución a este fenómeno que será impulsado por la futura Estrategia Nacional 2023-2030, manteniendo su foco en erradicar el sinhogarismo de calle: «Nadie que no quiera duerme en la calle en 2030».
Sin embargo, si ojeas las medidas de actuación con las que pretenden embarcarse en esta transformación social, y dada la longevidad de la problemática; nos hallamos probablemente ante otra propuesta utópica regida por la hipocresía que no va a dar lugar a ningún cambio plausible; veremos en unos años...
(Foto por Ángel Armero) Jordi, un chico de Lleida que lleva dos años en la calle, se acercó a nuestro compañero ángel y pidió algo para comer, esa fue su primera comida tras un día sin comer.
Por otro lado, para todos aquellos que suscitan pensamientos discriminatorios hacia ciertos colectivos demográficos, creemos interesante resaltar que, Según ArrelsFundació, establecida en Barcelona, la mayoría de tiempo viviendo en la calle la tienen las personas nacidas en España y países comunitarios con una media de 5 años y 8 meses; cifra que vemos perfectamente extrapolable a todo el territorio español; nos hallamos ante una problemática para/con todos.
Para más inri y de acuerdo con el Observatorio de delitos de odio contra las personas sin hogar HATENTO, el 47% de las personas sin hogar han sufrido delitos de odio. Por su parte, la encuesta del INE a las personas sin hogar de 2022, el 50,3% de las personas sin hogar ha sido víctima de algún delito o agresión, siendo los delitos más frecuentes los insultos, amenazas y robos.
Este documento es una llamada de atención a la sociedad, a todos aquellos que desvían la mirada cuando una persona sin hogar les dirige la palabra por la calle; una llamada para eliminar los estigmas de alcoholismo y drogadicción con los que convive el sinhogarismo, quizá no son una causa, sino una consecuencia; para acercarnos los unos con los otros, y alejarnos de percibir el entorno con ojos aburguesados de clase que nos ha sido impuesta por mero azar.
Desde KM0 te proponemos que experimentes tan solo 24 horas, un solo día, viviendo y durmiendo a la intemperie en las calles de tu ciudad y conozcas de primera mano la situación a la que están expuesta por años muchas personas . La soledad; el desamparo; el miedo en la noche, cuyo lapso transcurre con ojos permanentemente entreabiertos; y la dificultad para suplir necesidades fisiológicas básicas son los primeros síntomas que experimentarás; los minutos se convierten en horas infinitas cuyo transcurso la mayoría de las veces solo puedes amenizar con la ingesta de estimulantes. Parafraseando a un buen amigo y aún mejor fotógrafo: “Si has tenido acceso a una educación y relativa estabilidad económica; tienes la obligación de acercarte a las personas que no han tenido la misma suerte” Sasha Asensio.
INVISIBLES